Supongo que a estas alturas del partido nadie negará que el
ser humano (decir persona humana es una perogrullada querida Belén. ¿Qué quién
era Perogrullo? Sí, sí… aquel que comió tanto hasta morirse, tienes razón. ¿Lo ves como en el
fondo tienes tu cultura? Popular pero cultura al fin y al cabo). Decía que
nadie negará que el ser humano es no solo el animal que ha monopolizado el
planeta para su uso y disfrute sino también el más cruel y egoísta de todos los que han existido desde que aquellas
pequeñas ranas salieron del mar y empezaron a criar pelos.
Que criemos y tratemos a otros animales como lo hacemos para
nuestra alimentación es una atrocidad pero que necesitemos y nos vanagloriemos
de su tortura para nuestro disfrute solo tiene una explicación.
Alguien superior nos creó a su imagen y semejanza y podía haber escogido otro
modelo porque el tío está para que lo encierren. Mejor nos habría ido a todos si fuéramos hijos de unas reacciones químicas y unos miles de años de evolución; al menos a los demás habitantes de este planeta.
Pero como hoy en día todo se justifica con que se hace “desde
siempre” asunto arreglado. ¿Las corridas de toros? Una tradición. ¿Tirar a una
cabra desde el campanario? Uff, ni me acuerdo desde cuando lo hacemos en mi
pueblo. ¿Perseguir a un toro y matarlo a lanzazos? Ya lo hacía el abuelo de mi
abuelo y al que se acerque por aquí para quitárnoslo le empalamos también, que
nosotros somos muy buena gente pero muy celosos de lo nuestro.
También hay gente que defiende la ablación, la violencia
machista o la esclavitud. Total, anda que no son tradicionales.
Como homenaje a ese pobre toro que lleva muriendo tanto
tiempo para disfrute de unas pocas personas humanas vamos a cocinar el rabo de un
congénere suyo. A ser posible que sea de un bonito primo que se haya criado en
un buen prado del Norte y que haya muerto en mejores condiciones para que
disfrutemos con su carne y no con su sufrimiento inútil.
Ingredientes
- Un rabo de toro.- normalmente lo encontrarás de ternera o de vaca pero nos vale
- 2 zanahorias.-Tal cual
- 1 cebolla.- no diré tal cual de nuevo pero vamos… lo que viene siendo una cebolla
- 2 dientes de ajo
- 1 botella de vino.- algo potente. Un Toro nos viene perfecto (no el más barato, hazme caso)
- Harina, sal, pimienta y aceite de oliva
Preparación
Salpimentamos las tajadas de rabo. Lo normal es que lo
encontremos en una bandeja ya troceado. Procura que sean tajadas grandes ya
que, a mayor edad del propietario/a mejor sabor. De buey o de toro es
difícil encontrarlo. Las enharinamos y las freímos vuelta y vuelta en una
sartén honda en la que habremos puesto un chorro de aceite (no te pases). Yo lo
hago en la olla directamente y un cacharro menos que friego luego. Una vez doradas un poco por todos lados sacamos las tajadas y
las reservamos. En el mismo aceite sofreímos la cebolla (yo a veces la
sustituyo por
puerro) los ajos troceados y la zanahoria. Hay quién (mi padre
por ejemplo) le echa un poco de tomate
al sofrito. Volvemos a meter las tajadas de rabo en la olla, lo cubrimos todo
con el vino, cerramos la olla y la dejamos al menos una hora. Durante ese
tiempo podemos beber un poquito del vino de Toro que nos haya quedado en la
botella (no seas tonto/a y no lo eches todo al guiso). Por eso te decía que no
lo compraras del más barato. Podemos acompañarlo por ejemplo con unos torreznitos que cada vez son más fáciles de encontrar en el súper de esos de Soria que ya vienen medio cocinados a falta de un par de minutos. Por
cierto, os tengo que poner un día la receta de unos torreznos que hace un chico
en el pueblo de Anero, en Cantabria, que están de escándalo. Pasada esa hora (que si lo de Einstein era relativo lo del tiempo
en una olla ni te cuento) abrimos y miramos cómo está la carne. Se tiene que
desprender del hueso casi sola. El tema de la salsa os dejo elegir si lo servís tal cual, la pasáis (ojo con batirlo todo que la zanahoria la deja con un color muy anaranjado) o la reducís en el fuego un poco. De cualquier manera va a estar escandalosamente bueno y no me digáis que es difícil. Si os sobra (que no creo) probad a hacer croquetas con la carne. Ya me diréis.
Y si os coméis la bandeja uno solo como es a veces mi caso y
os sobró media botella de vino al echarlo en la olla pues no queda otra que una
buena siesta que es lo que pide una comida pantagruélica como esta. Sí, Belén, el
de las comidas copiosas era Pantagruel, Perogrullo lo que decía eran obviedades
pero el hombre era un ermitaño y supongo que, como tal, comer no comía
demasiado.
Salud.
Iba a hacerte un comentario sobre los trozos pequeños del rabo, pero al darme cuenta...calladita estoy mas guapa...
ResponderEliminarCocina con fundamento como diría el del perejil, resultado excelente, fotos pequeñitas pero... ¿no es mucho una bandeja para ti solo ? Comparte, yo llevo el postre.
Besos
(ahora si)
Rico, rico.... Intentaré ir mejorando el diseño del blog incluyendo la calidad y tamaño de las fotos.
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