jueves, 31 de marzo de 2016

galletas de avena y naranja

No es de extrañar que con lo que nos hacen tragar, nuestro tránsito intestinal se parezca bastante al de la M-30 en hora punta. Parece ser que nuestros mayores males nos vienen siempre por la popa. Estreñimiento, hemorroides y nuestro jefe siempre dando por.......

Uff, a ver cómo reconduzco el tema que esto va de comer. Pero si echamos un vistazo a los anuncios de la TV veremos que entre microenemas y los que comen yogures con fibra suman un buen porcentaje de nuestro tiempo publicitario. Lo dicho: con lo que tragamos a diario no es extraño. Luego estamos todos los días pendientes de comer kiwi y fibra para compensar y sonriendo al Coronado cada vez que nos lo cruzamos por el pasillo camino del WC. El problema es que muchos de los alimentos que nos recomiendan para llevarnos bien con Roca (no con el cocinero; con el otro) son especialmente "militantes". Vamos, que hay que ser muy alemán para comer esos panes oscuros y más espesos que un documental de la 2 o echarse al tazón del desayuno unos copos gruesos como virutas de roble y que deben pasar por el intestino como el aparejo de un pesquero de arrastre por el fondo del mar.

La receta de hoy demuestra que unas galletas ricas en fibra pueden estar buenísimas y aptas para todas las edades.

La receta original denominada Aznac biscuit y cuyo nombre viene del acrónimo de Australian and Newzeland Army Corps (biscuit viene de biscuit) data de principios del siglo XX. Cuando los soldados partían a la guerra sus mujeres les daban para el viaje unas galletas que, al no llevar huevo, aguantaban mucho tiempo sin ponerse malas.

Yo he copiado (uy, que mal suena eso). Yo he recogido la receta de hoy del blog www.isasaweis.com y os aseguro que el resultado es espectacular, son galletas que aguantan varios días muy muy ricas y admiten infinitas variaciones para adaptarlas a tu gusto personal. Vamos al lío.

Ingredientes


  • 200 gr. de copos de avena (yo los trituro en la picadora)
  • 100 gr. de harina (si tienes integral pues mejor. Más fibra)
  • 100 gr. de azucar
  • 1/2 vaso de aceite de oliva virgen extra (AOVE para los listillos)
  • 2 cucharadas soperas de miel
  • 1 huevo
  • 1 cucharada de postre de levadura royal
  • la ralladura y el zumo de una naranja


Preparación


Lo único que tenemos que hacer es mezclar todos los ingredientes hasta formar una masa homogénea. Dependiendo del tamaño del huevo, de si se te ha ido la mano con el aceite, o de cómo era la naranja, nos quedará más líquida la mezcla o más mazacote y de ello que las galletas nos salgan más gruesas o más finas.

Cuando lo hayas mezclado bien y ayudándonos de dos cucharas soperas haz bolas y ponlas en la bandeja del horno. Si previamente la forras de papel para horno evitarás el que se  peguen. Si la mezcla ha quedado bastante líquida se aplastarán por su propio peso y quedarán más finas y si, por el contrario, ha quedado más espesita el resultado será unas galletas más gruesas tipo "campurrianas".

Horneadas durante 15 minutos en el horno a 180º quedan perfectas. Al sacarlas están un poco blandas pero al enfriar se endurecen un poco. Les puedes poner por encima unos trocitos de chocolate (yo se los robo a los cereales), copos de avena, pasas o lo que más te guste.

Tranquilo que después de comerlas no tendrás que salir corriendo al baño pero grano hace granero además de ayudar al compañero. Que no te mientan. Y recuerdos al Coronado

miércoles, 16 de marzo de 2016

Garbanzos con torreznos

Si hay algo injustamente tratado en esta vida eso es el pedo.

El pedo es algo inocente, reparador, placentero. El pedo une a las familias como una buena conversación alrededor de la mesa mientras os tomáis unas sidras.

Las relaciones sentimentales tienen dos etapas: cuando te llevas bien y cuando empiezas a llevarte mal. No. Es una broma. Las relaciones se dividen en esos primeros meses en que te dejas llevar por las feromonas y tu pareja es perfecta y el resto del tiempo en que estáis juntos porque os queréis. ¿Y qué marca el paso de una época a la otra? El momento en que te puedes tirar un pedo delante de tu pareja sin sentirte mal y sin que al otro le moleste. A partir de entonces comienza el verdadero amor.

El pedo está recomendado por nueve de cada diez dentistas. El pedo calienta en invierno y libera calor en verano. Un pedo en el coche cuando vas de viaje te reconcilia contigo mismo si viajas solo y une a la familia cuando vais todos de vacaciones. La única guerra divertida que existe es la de pedos y hasta Iker Jiménez ha reconocido que el por qué a nadie le desagrada el olor de un pedo propio es uno de los mayores misterios de la humanidad aún sin resolver.

Y es por eso que una de mis comidas preferidas y que más nos une en casa son los garbanzos. Por si andamos mal de tiempo y necesitamos unir con premura os traigo una receta con garbanzos rápida, rica y especial. Unos garbanzos con torreznos que comí por primera vez en el restaurante El Baruco de Anero donde Fonso los llama "Torreznos a la zamorana" (¿Serán muy de tirarse pedos en Zamora?)

Ingredientes

Garbanzos.- un bote de garbanzos cocidos nos sirve.
Torreznos.- un trozo de panceta adobada. No te dé miedo que sea grande que ya iremos haciendo algo con ellos si sobra
Guindillas.- de esas grandes verdes que ponen en algunos bares de carretera con las alubias
Pimentón.- media cucharada de postre
Sidra natural.- La otra solo la bebe el Gaitero y solo si ya está muy pedo.

Preparación

Escurrimos bien los garbanzos y los dejamos que acaben de secarse en el escurridor. Mientras cortamos unos torreznitos en tiras finas (si los prefieres en taquitos pues tú mismo). Echamos en una sartén con unas gotas de aceite los torreznos y los freimos a fuego lento hasta que van estando crujientes. En ese momento echamos los garbanzos a la sartén y dejamos que se sofrían 5 minutos a fuego vivo para que cojan el sabor de los torreznos. Mientras cortamos un par de guindillas en trocitos de uno o dos centímetros. Cuando los garbanzos empiecen a dorarse echamos una pizca de pimentón, removemos unos segundos, añadimos las guindillas y lo sacamos todo a una fuente.

Hay que comerlos calentitos y, como no le hemos añadido ni una gota de sidra pues mejor porque tendremos la botella entera para acompañar la comida.

Y luego a unir a la familia y si solo sois dos.... ¿no crees que ya va siendo hora de que os tiréis unos pedos juntos? Que la vida son dos días.

salud

viernes, 4 de marzo de 2016

pollo asado al toque de sidra



Como prometí el viernes pasado hoy comemos pollo.

Mi Andreita lo come muy bien. Mi Andreita es muy buena en todo y muy guapa. Pero no es casualidad porque la han educado muy pero que muy bien. A Andreita siempre la enseñaron a que si la pegan devuelva el golpe. Que es mejor pegar el primero. Que a ella nadie la pisa porque no es como los demás; es mejor que las demás.

Andreita, desde niña, sale a la calle cada día a luchar. A defenderse de un mundo que es hostil, agresivo con ellas, con las Andreitas y con las y los que son como ella. A Andreita la han advertido bien de que no hable con desconocidos, que no se deje tocar un solo pelo por nadie y no deje que nadie la recrimine nada. Para llamarla la atención ya está su madre y lo que te digan los demás pues “tú pones el dedo corazón así para arriba y ya está”. A ti no te tose ni Dios, Andreita querida. A Andreita le explicaron el primer día que tiene que estar orgullosa de quién es y que lo que piensen los demás no le debe importar. Primero ella y luego el resto.


Pero se les olvidó contarle a la pobre que la demás gente no es su enemiga. Que lo que piensan y sienten los demás también importa. Que no estamos solos y que es más placentero dejar pasar a una señora mayor en la cola que meterle un codo en el estómago y ganar una posición. Que si te pegan mejor es darse la vuelta e irse que quedarse y continuar la pelea. Que pegar primero no vale sino para demostrar que no tienes razón. Que nadie es mejor que nadie y que con amor se llega más lejos que con orgullo. Que el orgullo no es no dejarse pisar. Estudiar, comprender, transigir, perdonar, querer, aprender, mejorar, de eso sí que hay que estar orgulloso.


Pero el mundo está lleno de Andreitas que cada mañana salen a luchar y a defenderse. Y son ellos y ellas los que convierten esto en una guerra cuando podría ser una fiesta. Pero quizás si comen bien hoy, salgan más relajadas a la calle y disfruten un poco más de la vida.


Para ti, Andreita, para que hoy al menos me comas bien, para ti va mi pollo especial de la casa. ¿A que tu madre no te lo hace tan rico?






Ingredientes

  • Un pollo campero de cerca de 2 kilos.- yo compro pollo campero o ecológico de Coren
  • 4 patatas.- se puede cambiar por manzanas o la guarnición que prefieras
  • Sidra.- Una botellita va a caer fijo
  • 2 dientes de ajo.- venga, sí... morados
  • Mantequilla, sal, pimienta, tomillo, romero



Preparación


Esta receta la vi en www.noselepuedellamarcocina.com y la he ido adaptando a mis gustos y al tamaño de mis pollos.


Se saca el pollo y un poco de mantequilla un par de horas antes de la nevera para que cojan temperatura. Mezclamos dos cucharadas de sal y dos de pimienta con unas ramitas picadas de tomillo y romero. Embadurnamos bien todo el pollo con la mantequilla y la mezcla de sal y hierbas (por fuera y por dentro). Ponemos en una fuente los dientes de ajo y el pollo sobre un costado y lo metemos al horno (precalentado a 200º). A los 15 minutos lo sacamos lo ponemos ahora sobre el otro costado y le echamos por encima un vaso de sidra. Como ya has abierto la botella pues te pones un culín solo para ver que tal es la añada. Lo metemos otros 15 minutos. Lo volvemos a sacar y lo rociamos bien con la salsita que hay en la fuente donde se habrán juntado a estas horas la mantequilla, la sidra, el ajo y los juguillos que suelta el pollo. En este momento yo suelo incorporar unas patatas cortadas en rodajas finas para que se asen junto al pollo y me pongo otro culín. Lo metemos otros 15 minutos pero ahora sobre la espalda (pechuga hacia arriba). Pasados estos 15 minutos lo sacamos, lo rociamos de nuevo con la salsa de la fuente y lo volvemos a meter en la misma posición en la que estaba pero le bajamos la temperatura al horno hasta los 180º. Esperamos 15 minutos más y ya tenemos casi nuestro pollo.


Lo sacamos del horno, lo volvemos a embadurnar con sal y pimienta como hiciéramos al principio y lo ponemos cabeza abajo en la fuente. Sí, sí... con las patitas hacia arriba (si es necesario para que se sujete podemos poner un tazón de desayuno en la fuente). Lo tapamos con papel de aluminio. Esperamos 10 minutillos y servimos.


Un poquito de salsita por encima del pollo y las patatas y cuidado con el pan porque puede caer la barra entera. A ver si después de esta comida no salís a la calle con una sonrisa y dispuestos a dejar que se os cuele alguien en la cola del super (aunque solo sea por el resto de sidra que no le habéis echado al pollo y que os habéis bebido vosotros)


Salud