miércoles, 16 de marzo de 2016

Garbanzos con torreznos

Si hay algo injustamente tratado en esta vida eso es el pedo.

El pedo es algo inocente, reparador, placentero. El pedo une a las familias como una buena conversación alrededor de la mesa mientras os tomáis unas sidras.

Las relaciones sentimentales tienen dos etapas: cuando te llevas bien y cuando empiezas a llevarte mal. No. Es una broma. Las relaciones se dividen en esos primeros meses en que te dejas llevar por las feromonas y tu pareja es perfecta y el resto del tiempo en que estáis juntos porque os queréis. ¿Y qué marca el paso de una época a la otra? El momento en que te puedes tirar un pedo delante de tu pareja sin sentirte mal y sin que al otro le moleste. A partir de entonces comienza el verdadero amor.

El pedo está recomendado por nueve de cada diez dentistas. El pedo calienta en invierno y libera calor en verano. Un pedo en el coche cuando vas de viaje te reconcilia contigo mismo si viajas solo y une a la familia cuando vais todos de vacaciones. La única guerra divertida que existe es la de pedos y hasta Iker Jiménez ha reconocido que el por qué a nadie le desagrada el olor de un pedo propio es uno de los mayores misterios de la humanidad aún sin resolver.

Y es por eso que una de mis comidas preferidas y que más nos une en casa son los garbanzos. Por si andamos mal de tiempo y necesitamos unir con premura os traigo una receta con garbanzos rápida, rica y especial. Unos garbanzos con torreznos que comí por primera vez en el restaurante El Baruco de Anero donde Fonso los llama "Torreznos a la zamorana" (¿Serán muy de tirarse pedos en Zamora?)

Ingredientes

Garbanzos.- un bote de garbanzos cocidos nos sirve.
Torreznos.- un trozo de panceta adobada. No te dé miedo que sea grande que ya iremos haciendo algo con ellos si sobra
Guindillas.- de esas grandes verdes que ponen en algunos bares de carretera con las alubias
Pimentón.- media cucharada de postre
Sidra natural.- La otra solo la bebe el Gaitero y solo si ya está muy pedo.

Preparación

Escurrimos bien los garbanzos y los dejamos que acaben de secarse en el escurridor. Mientras cortamos unos torreznitos en tiras finas (si los prefieres en taquitos pues tú mismo). Echamos en una sartén con unas gotas de aceite los torreznos y los freimos a fuego lento hasta que van estando crujientes. En ese momento echamos los garbanzos a la sartén y dejamos que se sofrían 5 minutos a fuego vivo para que cojan el sabor de los torreznos. Mientras cortamos un par de guindillas en trocitos de uno o dos centímetros. Cuando los garbanzos empiecen a dorarse echamos una pizca de pimentón, removemos unos segundos, añadimos las guindillas y lo sacamos todo a una fuente.

Hay que comerlos calentitos y, como no le hemos añadido ni una gota de sidra pues mejor porque tendremos la botella entera para acompañar la comida.

Y luego a unir a la familia y si solo sois dos.... ¿no crees que ya va siendo hora de que os tiréis unos pedos juntos? Que la vida son dos días.

salud

2 comentarios:

  1. Sabias palabras las que fluyen de tu boca, digo de tus manos, estimado amigo. Poco se puede añadir a tamaña sarta de verdades, pero si se me es permitido me gustaría aportar mi granito de arena. O en este caso, mi garbancito. Antes de cruzar ese Rubicón sentimental que supone haber alcanzado el pedorreo libre hay un momento clave, una instancia que aun sin dejar constancia debería ser considerada una pista definitoria más no definitiva de la fortaleza de ese amor venidero.

    Ese primer pedo, esa primera ventosidad liberada en el fragor de los ardorosos juegos sexuales que adornan los escarceos de una relación incipiente. Ora una risa cariñosa, ora una exclamación de desaprobación y asco, la respuesta de nuestra (potencial) pareja no ha de tomarse a la ligera pues indicadora será de la respuesta a otros u otras situaciones imprevistas en el futuro. Mi consejo a los tortolitos del mundo s que, si no te puedes reír o perdonar con cariño ese pedo primero, ese pedo primigenio de vuestra relación mejor te vas a tomar unos garbanzos con torreznos y te buscas otra pareja.

    Y no puedo terminar sin un comentario científico, o al menos una pseudohipótesis sobre este fascinante a la par que aromático tema. ¿Existe una relación inversa entre el número de pedos que tiramos en la cama y la frecuencia de nuestras relaciones de pareja? ¿Es la frecuencia “pedorril” un factor predictivo de la estabilidad de pareja? Ahí queda esa propuesta a ver si algún investigador se anima a hacer el trabajo de campo, o en este caso, de mesa y después cama.

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  2. Estimado amigo:

    A tú primer comentario he de confesar estar totalmente de acuerdo. Si te responden a ese primer pedo con uno aún mayor puedes estar seguro de que has descubierto a tu media naranja.

    Respecto al otro punto en cuestión es indiscutible que el número de flatulencias expedidas en la santa comunión del dormitorio es invérsamente proporcional al número de cópulas o cohabitaciones marítimas (es indisoluble al ser palabras sinagogas)Dicha tendencia al merme en el vicio del fornicio resulta de suma importancia para la salud del hombre ya que el proceso es siempre previsible a la par que imparable: subida del nivel lácteo, encharcamiento de pulmones y muerte por asfixia.

    De cualquier manera me es grato saber que allende los mares los ciclos de la historia se repiten aunque me habría gustado pensar que, al tener el universo forma de espiral, si para mí estaba el tema jodido tú al menos a tantos kilómetros de distancia nadaras en la ambulancia.

    un abrazo, amigo.

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