jueves, 28 de abril de 2016

escalivada

Mira que es fácil y mira que lo queremos difícil.

El hombre, incluso la mujer, es el único animal que tiene trabajo (salvo el 21% de los españoles). El único que no se contenta con tener un lugar seguro en el que refugiarse y alimento para él y su camada. El único que pasa prácticamente el día entero consiguiendo dinero que le permita sobrevivir cuando en realidad lo único que no le deja vivir es el trabajo.

El trabajo, por definición, no puede ser bueno. No hay uno solo que no te anule. Sí, sí... el pintor dice que le encanta su trabajo y el escritor que le ayuda a realizarse. Qué cachondos. Quitamos ese 0,01% de artistas que aman su trabajo (seguro que un poco menos a sus agentes, editoriales y demás) y el resto somos unos pobres gilipollas que nos hemos subido a la noria de lo imposible. A la noria del cada día necesito más y solo me doy cuenta cuando llevo 25 días de vacaciones en la playa pensando que con mucho menos podría vivir y no necesitaría un trabajo asqueroso como el que tengo. Lo malo es que en los cinco días de vacaciones que te quedan no te da tiempo a madurar la idea y cuando quieres darte cuenta estás otra vez en la oficina.

Tampoco soy John Seymour y su manual del horticultor autosuficiente. No me he caído ayer de un guindo. Conozco términos como Estado del bienestar, impuestos, hipoteca. Pero siempre que hago una lista con las domiciliaciones que me pasan fijas todos los meses por el banco alucino con la cantidad de cosas que me podría ahorrar.

Habría que actualizar aquella frase con que Ramón Trecet nos despedía siempre en su programa "buscad la belleza porque es lo único que merece la pena en este asqueroso mundo"" por un "buscad la sencillez". Qué ganas de complicarse la vida.

La receta de hoy es la sencillez personificada y lo mismo te la han puesto en una terracita de Alicante o Murcia en tu día 25 de vacaciones cuando estabas planteándote la mierda de vida que llevas los otros once meses. Pues eso. Busca la sencillez; busca la belleza; busca lo que quieras pero busca. Sal de tu zona de confort que, en realidad, es la menos confortable.

ingredientes

  • tres pimientos de asar
  • dos berenjenas
  • una cebolla grande
  • una cabeza de ajos
  • sal, aceite (no pongo aove porque no me da la gana) y vinagre

preparación

Hoy sí que no nos complicamos la vida un pelo y el resultado es acojonantemente rico y sano. Ponemos en una bandeja de horno o una besuguera grande todos los ingredientes y los asamos en el horno a 180º durante (más o menos) una hora. Yo suelo rociar todo con alguna hierba para aromatizar y un chorrito de sidra (¿qué quieres? es que parece que no me conoces).

Cuando veamos que la piel de los pimientos está bien arrugadita y dorada lo sacamos todo, esperamos a que se enfríe un poco y pelamos las berenjenas y los pimientos. Cortamos todo en tiras alargadas, espachurramos los ajos para que salga el interior y desechar la piel y ya lo tenemos. Yo lo mezclo todo bien
con un poco de vinagre como conservante y lo meto en un bol a la nevera. Cuando voy a comerla saco la cantidad que necesite la termino de aliñar con otro poco de vinagre, sal, aceite (que no me da la gana poner aove, coño) y un poco de pimienta. Lo dejo que coja temperatura ambiente y listo.

Como no me gusta que tenga demasiada cebolla solo aso una pero puedes variar las proporciones a tu gusto (en la receta de hoy no me quedaban más ajos y solo pongo dos dientes pero el ajo me encanta y suelo usar toda la cabeza. Yo uso mucho la cabeza). El secreto es que los pimientos sean buenos y bien carnosos. Dependiendo del sitio le ponen tomate, calabacín... al igual que la escriben con V o con B.

y por cierto, que no te vendan lo sencillo y fácil que puede ser todo ni te expliquen cómo ser más feliz y autosuficiente. John Seymour vendió millones de ejemplares de su libro y ni era horticultor, ni autosuficiente ni tan siquiera vivía en el campo. Hay que joderse.

salud.

1 comentario:

  1. El trabajo no es bueno, eso lo sabemos todos...a ver si no fuera cierto porqué el españolito de a pié se gasta lo que se gasta en juegos de azar (soñando ser muchimillonario y vivir como los ricos -perdón, como los políticos-)...
    Entre tanto me quedo con tu sencillez a lo grande y lo acompaño con un plato de patatas fritas y huevos (todo de la huerta de papá)... y sin romper, por favor, de eso me encargo yo.

    Besinos y buena semana.

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