jueves, 8 de septiembre de 2016

Flores de calabacín rellenas

Ramón Trecer siempre decía al despedirse en su programa aquello de: "buscad la belleza, es lo único que merece la pena en este asqueroso mundo". Personalmente prefiero abreviar y coger solo la primera parte. Con ella llevo años despidiendo a mi hijo cada vez que le dejo en la puerta del cole (ahora ya instituto).




Vivimos rodeados de ordinariez y vulgaridad allá donde miremos pero, si buscamos un poco, aparecen por todos lados cosas bellas. En segundo plano a veces, destacando sobre las demás otras tantas.

El problema es que, al igual que el azucar despierta instintos básicos en nuestro organismo, parece que lo ordinario nos llama más la atención que lo bello. Los inteligentes y avispados profesionales de la publicidad, la mercadotecnia, el márketing, lo saben. Y se encargan de rodearnos de un mundo lleno de humor zafio, personajes vulgares y escenas deplorables que enganchan a una gran mayoria, ávida de comida basura para sus cerebros. Ávida de disfrutar viendo sufrir al prójimo. Ávida de ver como los hay más jodidos que ellos.

Personalmente prefiero buscar la belleza y, siempre que puedo, colaborar en que otros la vean en mis pequeñas contribuciones. Y heme aquí haciendo hoy una receta con la belleza como ingrediente principal. ¿Problema? O plantas calabacines en tu huerta o no te será fácil cocinar este plato.




ingredientes

  • Flores de calabacín (da igual hembras o machos) 
  • Queso fresco (yo uso queso fresco de la zona, en concreto La Jarradilla) 
  • Nueces 
  • Sal, pimienta,  orégano, harina, huevo (y por supuesto un poco de sidra)


preparación

Cogemos unas flores de calabacín (calcula unas tres por persona si va a ser plato principal) y las ponemos a remojo en agua y hielo durante un rato. Pasado el tiempo y una vez frías y tersas las quitamos el pistilo interior con cuidado de que no se rompa mucho la flor.

Para rellenarlas utilizaremos una mezcla de queso fresco, nueces, sal, hierbas aromáticas y un huevo. Lo mezclamos todo bien con un tenedor hasta que se queda hecho una pasta manejable. Calcula para rellenar seis flores unos cien gramos de queso y seis nueces. Como hierba yo he utilizado orégano pero tú échale lo que más te guste. La sal y la pimienta a ojo pero que no falte que el queso fresco es un poco sosote y, por supuesto, un chorrito de sidra. Ojo con pasarte o te quedará una masa demasiado líquida y será más difícil su manejo.

Rellenar las flores no es muy complicado aunque hay que hacerlo con cuidado de que la flor no se rompa mucho. Después cerraremos un poco la punta haciendo un saquito y las pondremos en la nevera para que nos sea más fácil rebozarlas. No te preocupes si no quedan herméticamente cerradas. El huevo hace de aglomerante y no tiene por qué salirse el relleno al freir.

Justo antes de poner la mesa, pues un rebozado típico (huevo - harina - huevo) y a la sartén. Un minuto por cada lado y listas. Nos deben quedar como una especie de buñuelo y las podemos sevir calientes como plato principal o ponerlas templadas sobre una ensalada como he hecho yo hoy.




Tus comensales quedarán sorprendidos y tú quedarás como un rey. A mi Andreita, como todo lo bello, le encantan. Le deben recordar a mí por la belleza y la elegancia ;-)



Salud.

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